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La glucosa es la principal fuente de energía de las células, es el combustible para el funcionamiento normal de todos los órganos y sistemas del cuerpo humano. El contenido de glucosa en la sangre es un indicador bastante lábil, sin embargo, en el cuerpo de personas sanas, este indicador se mantiene en un rango bastante estrecho y rara vez cae por debajo de 2,5 mmol / ly se eleva por encima de 8 mmol / l (incluso inmediatamente después una comida). Un mecanismo hormonal especial mantiene el nivel requerido de glucosa en la sangre.

glucosa
La glucosa ingresa al cuerpo con los alimentos. Los alimentos se descomponen en el tracto gastrointestinal, después de lo cual la glucosa se absorbe en la sangre. Para que la glucosa ingrese a la célula, se necesita insulina. Esta hormona se produce en células especiales del páncreas y aumenta la permeabilidad de las membranas celulares a la glucosa. Si las células del páncreas no producen suficiente insulina o las células del cuerpo dejan de responder a la insulina, entonces la glucosa permanece en la sangre. Las células de órganos y tejidos en este caso no reciben energía y “mueren de hambre”.

Si la glucosa ingresa al organismo en exceso, se transforma en reservas de energía. La glucosa se convierte en glucógeno, el almacenamiento móvil de carbohidratos del cuerpo, que se encuentra en el hígado y los músculos. El hígado adulto contiene
un aporte de glucosa en forma de glucógeno suficiente para mantener niveles normales de glucosa en sangre durante las 24 horas posteriores a la última comida. Los niños en edad preescolar tienen suficiente glucógeno para 12 horas o menos. Si las reservas de glucógeno ya son lo suficientemente grandes, entonces la glucosa comienza a convertirse en grasa.

En ausencia total de carbohidratos en los alimentos (durante el hambre o dietas libres de carbohidratos), la glucosa se forma en el cuerpo a partir de grasas, proteínas y durante la descomposición del glucógeno. Un aumento de los niveles de glucosa en sangre se produce bajo la acción de varias hormonas: el glucagón, producido por las células del páncreas; hormonas suprarrenales; hormonas de crecimiento pituitarias y hormonas tiroideas.

Las fluctuaciones en la concentración de glucosa en sangre, distintas de los valores normales, son percibidas por los receptores del hipotálamo (el área del cerebro que regula la constancia del entorno interno del cuerpo). Debido a la influencia del hipotálamo sobre el sistema nervioso autónomo, se produce un aumento o disminución urgente en la producción de insulina, glucagón y otras hormonas.